Ayuda Mutua y Cooperación: Cambiando el Discurso

Ayuda Mutua y Cooperación: Cambiando el Discurso

Por Mark Colasurdo y David Hofmann

Volume 23, number 3, Bio-Politics

Katya Villano Foto Principal
Arte de Katya Villano
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La teoría evolutiva darwiniana se utiliza desde hace mucho tiempo para justificar el egoísmo y la codicia individual. En casos extremos, se ha evocado una interpretación de la «supervivencia del más fuerte» para defender el racismo, el nacionalismo y la eugenesia. Desde los pensadores sociales y políticos o bajo los estados autoritarios fascistas como la Alemania nazi, el discurso ha sido el mismo: la humanidad, como el resto del mundo natural, está encerrada en una competencia despiadada por la existencia. Sin embargo, muchas voces de los movimientos socialistas, comunistas y anarquistas de los siglos XIX y XX desafiaron esta ideología «darwinista social» sugiriendo una visión alternativa de la naturaleza humana. Basándose en estudios biológicos y antropológicos, estos pensadores sostenían que tanto los animales como los humanos son tan capaces de cooperar y ayudarse mutuamente como de competir y que, de hecho, el colectivismo es una herramienta poderosa para superar muchas luchas existenciales y ambientales a lo largo del tiempo. Si aceptamos esto, debemos también reconocer que los humanos no estamos encerrados en modos de egoísmo o altruismo, que podemos construir el mundo en el que queremos vivir, y que, en última instancia, es nuestra elección si luchamos juntos o si luchamos unos contra otros.
La Naturaleza del Capitalismo

Los partidarios de los sistemas de opresión y explotación a menudo se han apropiado indebidamente de la ciencia como medio para justificar sus fines e injusticias sociales, políticas y económicas. Casi un decenio antes de que Charles Darwin publicara El origen de las especies, Herbert Spencer, sociólogo y filósofo inglés, había formulado su teoría central sobre la evolución social, según la cual el progreso se basaba en la lucha individual y daba lugar inevitablemente a la «supervivencia del más apto».1 Spencer acuñó este término en un artículo sobre la teoría de la población, en el que elaboró las ideas del economista Thomas Malthus, quien sostenía que el crecimiento exponencial de la población superaría con el tiempo la capacidad del sistema para producir y la disponibilidad de recursos esenciales como el agua y los alimentos. Spencer fue más allá al argumentar que proporcionar cualquier tipo de asistencia o intervención estatal para ayudar a los pobres sería un asalto directo al desarrollo de la humanidad. Muchas de las ideas de Spencer se utilizaron para justificar el capitalismo de libre mercado sin restricciones y reducir al mínimo el papel de la reglamentación estatal en la medida de lo posible.2

En «El origen de las especies», Charles Darwin propuso una teoría del desarrollo evolutivo de las plantas y los animales que esbozaba más una narrativa de la competencia. Darwin se inspiró en las ideas de Malthus sobre el crecimiento de la población cuando definió su concepto de la «lucha por la existencia» de las especies.3 Aunque gran parte de la ideología que más tarde se llamaría darwinismo social ya prevalecía entre los intelectuales británicos antes de la obra fundamental de Darwin, su teoría alimentó aún más el surgimiento de este movimiento que sostenía que la competencia individualista por los recursos era parte de nuestra naturaleza esencial.4

En última instancia, es nuestra elección si luchamos juntos o si luchamos unos contra otros.

El darwinismo social todavía persiste cuando los científicos sociales utilizan la teoría de la evolución para explicar la estratificación y la jerarquía social como algo inevitable o determinado. Por ejemplo, el psicólogo Dr. Jordan Peterson señala la jerarquía que se encuentra en las comunidades de langostas, unos de los organismos más antiguos de nuestro planeta, como un ejemplo claro de por qué las estructuras verticales de arriba abajo son consecuencias inevitables del orden social. Al hacerlo, se une a más de dos siglos de pensadores que naturalizan la desigualdad y la explotación apropiándose de interpretaciones estrechas de la biología evolutiva que se aprovechan de la noción de que los humanos son esencialmente criaturas egoístas y competitivas.5

Ayuda Mutua y Cooperación

Entre las primeras voces que rechazaron la primacía de la competencia y el egoísmo en la organización y evolución de la sociedad humana se encuentra la del geógrafo y naturalista Piotr Kropotkin. Kropotkin nació en una familia aristocrática en Moscú en 1842. A una edad temprana, se convirtió en el page de chambre del zar.6 Sin embargo, lo que otros habrían visto como una oportunidad para una próspera carrera de poder y fortuna, a Kropotkin le aburrió y desilusionó. Así que dejó las cámaras reales para viajar a Siberia como naturalista en una serie de expediciones comerciales y militares. Mientras estaba en Siberia, se sintió horrorizado por la terrible explotación a la que sometían los trabajadores en las minas de oro de Lena, le sorprendió la inutilidad de los esfuerzos reformistas, y se conmovió por los dramáticos casos de resistencia militante contra los poderes corporativo y estatal. Pero no fue hasta principios de 1870, inspirado por la Comuna de París, que su política convergió en el anarquismo. Se interesó por la Asociación Internacional de Trabajadores y se unió al Círculo Tchaikovsky y a los esfuerzos por popularizar el socialismo revolucionario entre los trabajadores. Como consecuencia de su activismo, fue encarcelado y posteriormente exiliado a Europa occidental.

Para entonces, ya era un intelectual respetado como resultado del éxito de sus expediciones a Siberia. La mayor parte de su exilio lo pasó en Inglaterra, donde continuó su prolífica labor científica que le valió ser miembro de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia en 1893. La Universidad de Cambridge le ofreció incluso una cátedra de geología en 1896, pero Kropotkin rechazó la oferta porque el nombramiento estaba supeditado a su abstención de la actividad política. Residiendo en el país natal de Darwin y Malthus, Kropotkin observó un amplio consenso entre los intelectuales ingleses sobre el darwinismo social: «Encontré que la interpretación de ‘lucha por la vida’ en el sentido de un grito de guerra de ‘Ay de los débiles’, elevado a la altura de un mandamiento de la naturaleza revelado por la ciencia, estaba tan profundamente arraigada en este país que se había convertido casi en una cuestión de religión».

Las opiniones de Kropotkin sobre el Darwinismo fueron fuertemente influenciadas por sus observaciones de campo. Sus expediciones a Siberia le llevaron a la conclusión de que la cooperación era tan importante al menos como la competencia en la lucha por la supervivencia. Por consiguiente, rechazó el darwinismo maltusiano, una postura intelectual que no era una excepción entre la intelectualidad rusa de la época, y propuso una interpretación alternativa a Darwin. En una publicación clave, El Apoyo Mutuo: Un Factor en la Evolución, publicada en 1902, analizó las formas en que los animales y los seres humanos exhiben y se benefician de la ayuda mutua y la cooperación.7 En su texto, Kropotkin menciona una tendencia a ayudar a los demás que es tan crítica y natural como ayudarnos a nosotros mismos. De sus estudios en Manchuria y Siberia, concluye que las especies que aprenden a cooperar a menudo se desenvuelven mejor que las especies que compiten constantemente por los recursos.8 En cuanto a los humanos, Kropotkin reconoció que a través de las comunidades de cazadores-recolectores desde la Edad Media hasta la actualidad, las sociedades cooperativas han florecido, a pesar de las duras condiciones ambientales, los escasos recursos y los conflictos internos y externos, por este mismo compromiso de ayuda mutua y solidaridad.

Los conceptos básicos de Kropotkin de los beneficios evolutivos de la cooperación fueron precursores de posteriores desarrollos en las teorías de la cooperación biológica

El rechazo de Kropotkin al Darwinismo maltusiano en favor de un punto de vista más matizado sobre la naturaleza no cayó bien entre sus contemporáneos. Aunque Kropotkin aceptó la noción de Darwin de que la competencia juega un papel en la selección natural, identificó correctamente que los intelectuales de Europa occidental ponían demasiado énfasis en este aspecto de la teoría de la evolución. Al hacerlo, estos académicos pasan por alto una pregunta mucho más desalentadora y desafiante: ¿cómo podría encajar la cooperación en un marco darwiniano? Desafortunadamente, sus enseñanzas no llegaron a los libros de texto, y durante algún tiempo se le consideraba un intelectual marginal, cuyo pensamiento científico estaba ofuscado por su punto de vista anarquista. Sin embargo, las ideas de Kropotkin sobre la ayuda mutua en la evolución social se han abierto camino en la ciencia convencional. Sus conceptos básicos de los beneficios evolutivos de la cooperación fueron precursores de posteriores desarrollos en las teorías de la cooperación biológica, como la selección de parentesco, la selección en varios niveles, la simbiosis y otras más.9 Hoy en día, los teóricos de la evolución entienden ampliamente que la cooperación es un factor esencial de la evolución.

Pero las ideas de Kropotkin sobre la ayuda mutua trascendieron la teoría de la evolución; también influyeron sus opiniones sobre la construcción de una sociedad anarco-comunista no jerárquica y libre de la represión del capitalismo y el Estado. Consideraba la ayuda mutua como un medio para que los humanos puedan construir una comunidad que contribuya a los bienes comunes. Kropotkin argumentó que los frutos del trabajo de un individuo se debían a la comunidad porque las herramientas, la tierra y los recursos que permitían ese trabajo eran proporcionados por la comunidad en primer lugar. Al trabajar por el bien común, el trabajador, a cambio,se beneficiaría a su vez del trabajo de otros.10 Las comunidades han sobrevivido al capitalismo, a los desastres naturales y a otras adversidades gracias a la ayuda mutua que se basa en última instancia en esta conceptualización de la sociedad como una alternativa a la regla darwiniana de la competencia.11

COVID-19 y Ayuda Mutua

Durante la pandemia global de la COVID-19, innumerables redes hiperlocales de ayuda mutua surgieron en todo el mundo por la necesidad de sobrevivir. En los centros urbanos de Georgia, el Programa de Supervivencia de Atlanta proporciona asistencia alimentaria y de alojamiento para quien la necesite, es decir, la comunidad apoya a la comunidad. Su programa de alimentos, Food4Life, despacha alimentos a los enfermos, los ancianos, los inmunocomprometidos y aquellos con acceso limitado o sin opciones de alimentos saludables. Casi 3000 hogares han recibido apoyo de esta organización de base que ha movilizado el impresionante número de 1600 voluntarios en toda el área metropolitana de Atlanta. El Programa de Supervivencia de Atlanta también proporciona a los inquilinos materiales y recursos de la organización para bloquear colectivamente los desalojos y congelar los alquileres.12

El Fondo de Ayuda Mutua de Metro Atlanta (MAMA) ha proporcionado asistencia a los más necesitados durante y después de las limitadas e inconsistentes respuestas a la crisis de la COVID-19. MAMA está construyendo un sistema alternativo que apoya a las comunidades de manera más equitativa que lo que hace el capitalismo de libre mercado. La organización basa sus estrategias en principios relacionales, antirracistas y anticapitalistas de ayuda mutua, a diferencia de la caridad. Su enfoque es anticapitalista ya que aprovecha la redistribución de la riqueza, en la que el colectivo asigna el apoyo a sus integrantes en función de su capacidad y sus necesidades, lo que se describe como «trasladar fondos de quienes tienen riqueza acumulada a quienes han quedado históricamente al margen» y sin pedir a sus miembros que «demuestren su trauma o necesidad».13 En lugar de competir por el papel higiénico o la preservación de la seguridad y la salud individuales, los organizadores ayudan a apoyar a sus comunidades en el espíritu de la lucha y la solidaridad mutuas.

Esos son sólo dos ejemplos extraordinarios de una respuesta nacional a la pandemia de magnitud impresionante: en el mapa del Mutual Aid Hub, gestionado por la comunidad, se registraron más de 800 iniciativas de ayuda mutua.14 El grupo se ocupa del apoyo técnico a las iniciativas de ayuda mutua, así como de la documentación y el análisis de las iniciativas de ayuda mutua y su representación en los medios de comunicación. El grupo espera que estos últimos apoyen la autorreflexión del movimiento y pretende compartir este trabajo a través de conversaciones comunitarias como las organizadas por Mutual Aid Hub.

Un mundo socialista construido sobre la cooperación y la solidaridad podría hacer avanzar la ciencia, el arte y la humanidad más allá de lo que hemos creado a través de la competencia

Más allá de la competencia

Lejos del mundo misantrópico y despiadado de los Darwinistas sociales, los seres humanos tenemos una enorme capacidad de cooperación y prosperidad colectiva. Como señaló Kropotkin, la ayuda mutua es parte de nuestra historia evolutiva tanto como lo es la lucha darwiniana por la existencia, aunque a menudo no es un aspecto de nuestra humanidad que decidamos destacar. Pero incluso en el capitalismo, donde se incentiva a los individuos a obtener beneficios en lugar de promover el bienestar de sus compañeros de trabajo, muchos siguen optando por ofrecer voluntariamente su tiempo, sus aptitudes y sus recursos para apoyar a otros miembros de la comunidad e incluso a extraños en situación de necesidad. Si construimos redes alternativas a pesar de un sistema que socava activamente los principios de cooperación, imagínense lo que podríamos hacer en un mundo que, en cambio, cultivara esos ideales. En lugar de utilizar la ayuda mutua para simplemente limpiar los desastres del capitalismo y sobrevivir a sus más duros efectos, un mundo socialista construido sobre la cooperación y la solidaridad podría hacer avanzar la ciencia, el arte y la humanidad más allá de lo que hemos creado a través de la competencia. Y así, prescindamos de las nociones de competencia eterna y abracemos nuestra propia libertad. Depende de nosotros determinar los principios bajo los cuales elegimos vivir: socialismo o barbarie.

Notas
  1. Stephen Jay Gould, “Kropotkin Was No Crackpot,” Natural History 97, no. 7 (1988), https://www.marxists.org/subject/science/essays/kropotkin.htm.
  2. Harry Burrows Acton, “Herbert Spencer,” Encyclopedia Britannica, accessed August 18, 2020, https://web.archive.org/web/20201026142532if_/https://www.britannica.com/biography/Herbert-Spencer.
  3. Gregory Claeys, “”The ‘Survival of the Fittest’ and the Origins of Social Darwinism.” Journal of the History of Ideas 61, no. 2 (2000): 223-240, http://doi.org/10.1353/jhi.2000.0014.
  4. James Allen Rogers, “Darwinism and Social Darwinism,” Journal of the History of Ideas 33, no. 2 (June 1972): 265–280, http://doi.org/10.2307/2708873.
  5. Bailey Steinworth, “Jordan Peterson Needs to Reconsider the Lobster,” The Washington Post, June 4, 2018, https://www.washingtonpost.com/news/posteverything/wp/2018/06/04/jordan-peterson-needs-to-reconsider-the-lobster/.
  6. D. P. Todes. Darwin Without Malthus: The Struggle for Existence in Russian Evolutionary Thought (New York and Oxford: Oxford University Press, 1989): 124-32.
  7.  Beth Eddy. “Struggle or Mutual Aid: Jane Addams, Petr Kropotkin, and the Progressive Encounter with Social Darwinism,” The Pluralist 5, no. 1 (Spring 2010): 21-43, http://doi.org/10.5406/pluralist.5.1.0021.
  8.  Peter Kropotkin, Mutual Aid: A Factor of Evolution (New York: McClure Phillips & Co., 1902), https://web.archive.org/web/20201012002847/https://libcom.org/files/Mutual_Aid.pdf.
  9. Tim Clutton-Brock, “Breeding Together: Kin Selection and Mutualism in Cooperative Vertebrates,” Science 296, no. 5565 (April 2002): 69–-72, http://doi.org/10.1126/science.296.5565.69; Samir Okasha, Evolution and the Levels of Selection (Oxford University Press, 2006); Lynn Margulis, “Words as Battle Cries—Symbiogenesis and the New Field of Endocytobiology,” BioScience 40, no. 9 (October 1, 1990): 673–77, http://doi.org/10.2307/1311435 confront Duur K. Aanen and Paul Eggleton, “Symbiogenesis: Beyond the endosymbiosis theory?” Journal of Theoretical Biology no. 434 (December 7, 2017): 99-103, https://doi.org/10.1016/j.jtbi.2017.08.001.
  10. Peter Kropotkin, The Conquest of Bread (1907, repr., Elephant Editions, 2006), 34, https://web.archive.org/web/20200702172315/https://libcom.org/files/Peter%20Kropotkin%20-%20The%20Conquest%20of%20Bread_0.pdf.
  11. “About Us,” Common Ground Relief, accessed November 5, 2020, https://web.archive.org/web/20200724150324/https://www.commongroundrelief.org/about-us/.
  12.  “Atlanta Survival Program,” ATL Survival, accessed August 18, 2020, https://web.archive.org/web/20201101031625/https://atlsurvival.org/.
  13. “Metro Atlanta Mutual Aid Fund,” MAMA, accessed August 18, 2020, https://www.atlantamutualaid.org/.
  14. “Mutual Aid Hub,” accessed November 11, 2020, https://www.mutualaidhub.org/.